SER Y ESTAR DEL OLVIDO

Si el tiempo tuviese el ritmo de la música,
si rauda diera paso la luz a la noche,
si el bullicio no estuviera en suspensión,
si cayera el polvo en mis zapatos
y las interrumpidas siestas  llenasen mi hastío,
quizá pudiese gritar este silencio a través  de mis ojos,
quizá hiciera falta consumir la distancia
entre el recuerdo y el deseo de estar más que seguir siendo,
porque qué se es si llenar el espacio duele,
si las lágrimas salen como el vapor de agua sin verse,
si la mota que deja el ego ni su existencia aprecia?

Hipocondríacos solidarios muestran su camino a seguir.

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